miércoles, 3 de septiembre de 2014

Septiembre

Mi abuela decía "Setiembre" al referirse a este mes por el que transitamos ahora.
Tengo recuerdos de Septiembre o Setiembre, recuerdos de balas, de carreras, de gritos. Recuerdo que nos tirábamos al suelo con mi padre y mis abuelos tratando de esquivar las balas de milicos sedientos de sangre o de algún perseguido intentando defender su apremiada vida.
Recuerdo la lluvia de Septiembre.
Recuerdo las marchas en Viña del mar, derrotando a otros milicos que se interponían entre nosotros y la tumba del Presidente Allende.
También recuerdo las fondas en algún pueblo de la quinta región donde nos invitaban a "celebrar" algo que aun no consigo entender. Particularmente recuerdo al borrachito que bailaba cueca solo con una rancia cajetilla de cigarros vacía como reemplazo de un pañuelo.
Recuerdo esos Septiembres de asados, de carne, de carbón y banderas chilenas mal puestas. saludando pretenciosas el "cumpleaños de la patria" como si la "patria" fuese un organismo coherente al cual hay que saludar e incluso regalarle una torta con velas y cantarle el "cumpleaños feliz".
Septiembre me huele a dolor, me resulta incómodo por decirlo de algún modo.
En mi memoria hay muertes, desastre, catástrofe. La voz metálica del Presidente Allende anunciando valiente su irreductible honor, honor del pueblo (cuando el pueblo era pueblo), la resistencia de obreros en las fábricas, las carreras, la música que se apagaba ante el canto negro y hediondo de un futuro de sangre y pena.
Septiembre me duele como me duele Víctor, Miguel y tantos anónimos que hoy podemos reconocer por fotos en museos añejos.
Septiembre me da asco por esa maldita costumbre de transformar este mes en una cacería de carne cara, ostentosa.
Ahora llueve en Septiembre, hace frío y tu estás cada vez más lejos.

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