¿Dónde pusiste tus zapatos ayer?
Intenté que mis manos reemplazaran las tuyas
pero el intento fue en vano,
mi cabeza reconoció de inmediato el artilugio
y mi pelo ardiendo comenzó a caerse.
¿Dónde te llevaste tu voz?
Los árboles me preguntan al pasar
por mis sueños, también por los tuyos
Extrañarte hoy es un arte
y no me queda más remedio
que comenzar a justificar la locura
atiborrada de pena.
Las encuestas me desfavorecen
la opinión pública me contradice.
¿Dónde miraron tus ojos ayer?
¿Dónde que no te encontré?
¿Dónde pusiste tus zapatos ayer?
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