Ninguna caída de uno mismo es buena. Si lo son las caídas ajenas como el "rayo en los mares" (P. Manns, Las caídas), el trueno en el aire, el agua en la tierra.
Ninguna de mis caídas ha sido buena, todo lo contrario. Me han dejado costras duras, negras, resquebrajadas, horribles.
Cuesta recomponerse luego de una caída de bruces o de espaldas, de cualquier manera. Y a veces cuesta más pararse, sacudirse, esquivar las miradas y el juicio de otras y otros.
Hoy me enojé por que la basura no estaba en su sitio pero ha sido un buen día, el día del cumpleaños número 18 de mi hija.
Será un buen día.
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